viernes, 2 de marzo de 2012

Capítulo 5: Fogata bajo una noche estrellada (Parte 1)

El viaje se hacia largo, pero me agradaba ver el paisaje. Dentro del auto el ambiente era relajante. La radio se encontraba encendida con un volumen moderado. Podía escuchar como Bill cantaba bajito. En un momento voltee mi rostro, me gustaba ver la concentración que tenía al momento de estar al volante.
Volteó su cabeza hacia su derecha, encontrándose con mi mirada. Me regaló una dulce sonrisa y continuó conduciendo.
- Espero que no estés aburrida - dijo mientras miraba a su izquierda, procurando ver que no viniera ningún vehículo para continuar su camino.
- No lo estoy, me entretengo viendo el paisaje, es muy bonito.
- Que bien, pronto llegaremos.
- ¿A dónde vamos? - insistí nuevamente.
- Pero que insistente eres - rió - Es sorpresa.
Bill continuó conduciendo. No mucho después entró a un sitio el cual decía "privado". Estacionó su auto junto a otros. Desabrochamos nuestros cinturones, tomé mi bolso, y cuando pretendía abrir la puerta él ya lo había echo.
- Gracias - le sonreí.
- Ven, sígueme.
Así lo hice. Nos dirigimos hacia una pequeña oficina. Dentro se encontraban dos guardias.
- Joven Bill, ¿cómo le va? - preguntó uno de ellos.
- Muy bien gracias - confirmo Bill con una gran sonrisa.
- ¿Viene por una? - preguntó.
- Así es, ya sabes cuál es mi favorita - respondió Bill.
- Claro que sí. Veamos... ¡aquí está! - le dio una llave.
- Excelente - la tomo - gracias.
- Veo que viene muy bien acompañado - dijo el otro.
Bill solo se limitó a sonreír algo nervioso, a su vez sus mejillas tomaban un color rosa.
- Que tenga un buen día señorita - me dijo el primer guardia que atendió a Bill.
- Muchas gracias - le sonreí.
Bill y yo salimos de ahí.
El lugar era todo en un entorno natural. Se encontraban muy pocas personas, las cuales algunas se encontraban almorzando en las mesas de picnic, otras personas jugaban con sus hijos, algunos simplemente tomaban sol junto a las piscinas que habían ahí.
Bill seguía caminando por un camino de piedras, yo le seguía por detrás. El único camino que había, se separaba en seis direcciones. Bill continuaba caminando derecho. Los árboles de aquel lugar eran inmensos, los matorrales eran capaces de hacerte perder el camino, pero por suerte tenía a mi guía delante mío. De pronto el camino desaparece, dando paso a una hermosa cabaña.
Él se acercó y abrió la puerta. Por mi parte, me encontraba a una distancia alejada de ahí.
- ¿No quieres entrar? - Preguntó desde la puerta.
Sacudí mi cabeza y caminé hasta la entrada.
- Adelante - me dijo dándome paso para que entrara.
Dentro de la cabaña todo era muy lindo. Podía notar como el verano ya se hacía presente, dándole al lugar un ambiente cálido, los rayos de sol se hacían presentes por todo el lugar.
Como una verdadera niña pequeña, llena de curiosidad, comencé a recorrer todo el lugar. Contemplé los cuadros, los adornos, el hermoso barnizado de la pared.
- ¿Te gusta el lugar? - pregunto a mi espalda.
- ¿Bromeas? Es precioso - voltee y lo miré.
Él tenía su mirada fija en la mía. Pestañeo un par de veces y sacudió su cabeza.
- Dame tus cosas, las dejaré colgadas en el perchero.
Le di mi bolso, me saqué la chaqueta que traía puesta y también se la di.
- ¿Te gustaría algo para beber? - preguntó.
- Jugo, por favor - dije mientras me dirigía al living.
- ¿Qué sabor?
- Cualquiera está bien - respondí.
Sentía el ruido de agua, provenía desde afuera. Caminé hasta el gran ventanal que daba hacia un balcón. Lo abrí, encontrándome con un hermoso paisaje. No muy lejos se encontraba la playa, podía divisar a personas que se bañaban a la orilla.
Bajo el balcón habían algunas plantas y un camino, que supuse guiaban hasta la playa.
- Bonita vista, ¿ no crees? - preguntó Bill, acercándose a mí con un vaso.
- Es, increíble - respondí aún atónita ante tanta belleza.
- Ten, espero que te guste el jugo de naranja - me dio el vaso.
- Muchas gracias - respondí.
- Entones, creo que te gusto la sorpresa - rió acomodando sus codos en la baranda.
- No me gusto - lo miré seria, poniendo en práctica lo que he aprendido en actuación.
- ¿No? - pregunto tragando saliva.
Me acerque a él, aún seria.
- Me encanta, es lo mejor que he visto - le sonreí.
Dio un suspiro de alivio, llevando una de sus manos a su pecho.
- Me has asustado - sonrió - ¿Qué estás estudiando? ¿Actuación?
- Así es - confirmé.
- Eres buenísima... Increíble - dijo sorprendido.
- Ya Bill, tranquilo, no es para tanto - di un sorbo a mi jugo - Mmm... está rico, ¿lo has hecho tu?
- Así es, me alegro que te guste.
- ¿No tomarás? - pregunté al ver que no tenía nada.
- No, aún me duele el estomago.
- ¿Te paso algo malo?
- Oh, es cierto, no sabes... Bueno anoche, tu sabes, me pasé de copas, aún no entiendo por qué... Pero, cuando íbamos camino a casa, me sentí mal, y bueno, cuando llegamos corrí al baño y, vomite - terminó diciendo casi en susurro lo último.
- Oh, pero puedo prepararte algo caliente.
- No, no te preocupes, hace mucha calor como para beber algo caliente - me sonrió.
- Bueno, pero si cambias de parecer no dudes en pedírmelo.
- Lo tendré en cuenta, gracias.
- Me gustaría ir a la playa - dije.
Él me miró y sonrió mordiendo su labio inferior.
- Me alegro que hayas dicho eso, ven conmigo - tomo de mi mano y casi tirándome me llevo con él.
- ¿A dónde vamos? - pregunte al ver que entrabamos a una habitación.
- En esta habitación, también hay un balcón, pero la diferencia es que junto al balcón hay un árbol que tiene una escalera.
- ¿Planeas bajar por ahí? - pregunté asombrada.
- No, planeo que bajemos juntos - me sonrió y abrió la ventana.
Una vez en el balcón, Bill subió a la escalera y comenzó a bajarla, luego imité su acción. Antes de bajar, él tomo una de mis manos y paso la otra por mi cintura, ayudándome a bajar. Tomo mi mano y me guió por entremedio de algunos arbustos, encontrándonos con el camino de piedras que guía hasta la playa.
- Creo que fue mala idea bajar por el árbol - me dijo Bill poniéndose frente a mí.
- ¿Por qué? - pregunté.
- Porque te has hecho una herida en la pierna - apuntó a mi pierna derecha.
- No es problema Bill, ni siquiera lo había notado, además traigo puesto short, era obvio que de una u otra manera me haría alguna herida - sonreí.
- Aún así es mi culpa.
- Ya no importa, vamos, quiero ir a la playa - tomé su mano para que avanzara.
Estaba muy entusiasmada, tanto así que llevaba casi corriendo al pobre de Bill.
- Hey, tranquila, me sacaras el brazo - rió.
- Lo siento - ambos paramos, ya habíamos llegado a la playa - Es hermoso.
- Así es - dijo el comenzando a sacarse sus zapatos.
- ¿Qué haces? - pregunté.
- ¿Crees que me quedaré aquí a mirar nada más? Claro que no - dejo sus zapatos a un costado de él.
También imité su acción.
- ¡Atrapame si puedes! - grité corriendo hacia el agua.
- ¡No, espera! ¡No seas tramposa! - gritó el mientras arremangaba sus pantalones.
Corrí por la orilla de la playa, esquivando a las personas que se encontraban ahí.
Paré para tomar un poco de aire y aprovechar de mirar a Bill, pero no lo veía por ninguna parte.
- ¡Te atrape! - me asustó tomándome de la cintura y elevándome.
- ¡No suéltame! - reía.
- Creíste que te escaparías de mí, gran error pequeña - me bajo, aún sin soltarme.
-Bien, has ganado, pero solo porque me tomaste desprevenida.
- Desprevenida o no te hubiera atrapado igual - me sonrió.
Cada vez que miraba a Bill a los ojos, era como si viajara a otro mundo. Me perdía en ellos, tratando de buscar algo, ¿qué era?, no lo sé, pero amaba bagar en la profundidad de ellos.
"¡Cuidado!", gritó un chico. Bill y yo reaccionamos cuando ya era demasiado tarde. Una ola nos había botado al suelo, dejándonos completamente mojados. No podíamos parar de reírnos.
Nos sentamos en la arena, las personas de ahí nos miraban y se reían.
- (Tu nombre) - me dijo Bill, voltee para mirarlo. Gran error, ya que me había echado arena mojada en la cara.
- ¡Oye! - exclamé - ¡Eres un malvado!
- Lo sé - aún reía.
- Que mal, no traje más ropa, jamás creí que me mojaría - me coloqué de pie, también ayude a Bill.
- Lo bueno es que el sol está fuerte, así que en un par de minutos la ropa se secará.
Volvimos a donde habíamos dejado nuestras cosas. Entre los zapatos y la chaqueta de Bill encontré su iphone. Lo tomé y sin que él lo notase, comencé a sacarle fotografías.
- Chica paparazzi - dijo sentándose junto a mi.
- No puedo creer, ¿cómo es que sales tan bien en las fotos?
- No lo sé, ¿belleza natural quizás? - rió.
- Vaya, veo que tu ego creció bastante - levanté una ceja.
- No lo creo - me quitó el iphone - Ven acércate.
Así lo hice. Se acercó más a mi y tomo una fotografía. Una pareja que se encontraba cerca nuestro nos preguntó si quería que nos tomaran una fotografía. Bill aceptó y me levantó, llevándome hasta el orilla del mal. Él se colocó detrás mío, tomando con sus manos mi cintura y apoyando su mentón en mi cabeza.
Me sentí extraña. Miles de sensaciones recorrieron mi cuerpo. No quería temblar, ya que temía a que él lo notase.
El chico le paso el iphone a Bill, quien agradeció e inmediatamente reviso la foto.
- Me gusta - dijo sonriendo.
Miré la pantalla. Algo sentí en mi estomago. ¿Mariposas?, no lo sé. Pero al ver la fotografía, era como si fuésemos algo, ¿novios?, quizás.
- Hoy en la noche hay una fogata en la playa, pueden venir si quieren - dijo el chico que había tomado la foto.
- Gracias por la invitación - dijo Bill dándole un apretón de manos.
- ¿Iremos? - le pregunté.
- No lo sé, ¿quieres quedarte?
- Mañana es sábado, no hay problema - le sonreí.
- Bien, pero antes, iremos a ver ropa.
- ¿Hay ropa aquí? - pregunté.
- Venden ropa estilo hawaiana - rió burlón - pero veremos que hay.
Tomamos nuestras cosas y caminamos hasta la cabaña. Bill tomó su billetera y yo igual.
- ¡Alto ahí! - gritó.
- ¿Qué pasa?
- Yo compraré las cosas, no pienso que gastes un peso, yo invite, yo pago.
- Pero Bil...
- Nada de peros - interrumpió - Ya he dicho.
Me quitó la billetera y la tiro al sofá del living. Lo miré con el ceño fruncido. Él solo me sonrió y tomo de mi brazo para que saliéramos.
Caminamos por fuera de pequeños puestos donde habían personas que vendían artesanía. Bill se volvía loco al ver tantos collares. Estaba fascinado, tanto así que se compró algunas cosas. También me compro unos aros de pluma, y un collar con un pequeño delfín. Luego nos dirigimos a comprar ropa. Él se compró una camisa blanca y unas bermudas. A mi no me gustan mucho las faldas, así que me compró otro short y una blusa blanca también.
Le agradecí por todo lo que me había comprado, era muy dulce. Por un impulso, tomé de su mano. Él se asombro y clavo su mirada en nuestras manos. Sonrío y entrelazó sus dedos con los míos. Continuamos mirando todas las artesanías que habían ahí.


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¡Hola!, bueno aquí les dejo la primera parte de este capítulo. La segunda parte la subiré el domingo, así que no se desesperen jajaja, que no tardaré esta vez.
Espero que les guste, incluso a mí me está poniendo nerviosa esto ._. jajaja ¿extraño no?...
Gracias por sus comentarios, son las mejores, las adoro un montón :]

3 comentarios:

  1. Mas tierno BIll ♥
    Pobre Tommmmmm (?
    oH BUENO, SEGUILA QUE ESTÁ GENIAL :d
    Beso^^

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  2. Owwwwww! *-*
    Más lindo no puede ser Bill *-* ♥

    Qué pasaráa?
    Waaa, bueno ya quiero que lo sigas muy proontito c:
    PD: Qué es de Tom? D:

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  3. :O me encantooo mucho el capitulo! demasiado! fue increible! awww Bill *-* tan lindo..... el final fue grandioso:
    " Por un impulso, tomé de su mano. Él se asombro y clavo su mirada en nuestras manos. Sonrío y entrelazó sus dedos con los míos. "

    mori en esa parte!! :D
    aww! yo voy con Bill! vv' :D
    en cuanto a Tom... wait!...Tom?? quien es Tom?? ... jaja, nah mentiras... pero apoyo a Bill :)
    ok espero con ansias hasta el domingo! :) cuidate! küsses!

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