Eran alrededor de las seis de la madrugada cuando el teléfono de Bill había comenzado a sonar. Cogió de este algo malhumorado.
Al contestar dio algunas afirmaciones, luego su rostro comenzó a mostrar preocupación.
De un salto se levantó de la cama, y comenzó a dar vueltas por toda la habitación respondiendo con un tono de voz alto, casi gritando. Tal parecía que algo grave había pasado – claro, hablaba en alemán - Luego cortó y comenzó a tomar su abrigo y zapatos.
- ¿Ocurre algo malo? – Pregunté al ver que no me decía nada.
- Sí. Es necesario que te abrigues muy rápido, saldremos de aquí.
Sin más preguntas obedecí. No quería poner a Bill más nervioso de lo que estaba.
Bastó un par de minutos para que ya estuviéramos en el auto rumbo a la ciudad.
Era la primera vez que viajaba a semejante velocidad. Me entrevería a decir que conducía más rápido de lo que solía hacerlo su hermano.
Aterricé de mis pensamientos al ver el reluciente cartel que decía “Clinic of Los Angeles”.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué hacíamos en una clínica?
Bill se estaciono y salió del auto en un abrir y cerrar de ojos. También bajé y corrí para alcanzarlo.
- Bill, ¿me dirás lo que está pasando?, ¿qué hacemos en una clínica?
- Quien me llamó fue Gustav. Me dijo que Tom está internado desde ayer por la tarde, ya que comenzó a sentirse mal – Respondió dirigiéndose al mesón, donde se encontraba una enfermera – Disculpe, quisiera saber dónde está mi hermano, Tom Kaulitz.
- Tom Kaulitz – Repitió ella buscando en la computadora – El joven se encuentra internado en la sala de urgencias en este momento, por lo que no es posible visitarlo. Pero en la sala de espera están dos personas más, las que trajeron al joven, puede pasar con ellos si gusta, por el momento no puedo hacer nada más.
- Entiendo, gracias.
En ese momento apareció Georg, quien al vernos inmediatamente se acercó a nosotros.
- ¿Qué le ocurrió a Tom? – Preguntó Bill algo histérico.
- Tranquilo Bill, vamos a sentarnos y te explicaré todo.
En la sala de espera se encontraban más personas, las cuales mostraban en sus rostros preocupación, grandes ojeras – a causa del insomnio – desesperación, y más de alguno lloraba.
- Lo que pasó fue que al momento de llegar a casa noté un gran silencio, y claro, me pareció normal ya que Tom y tú por lo general salen todos los días. Pero luego oí a Scotty llorar, y me pareció extraño, es por eso que junto a Gustav subimos y nos dirigimos a donde provenía el llanto. Ahí fue cuando vi a Scotty y a un lado a Tom retorciéndose. Inmediatamente me acerqué a él y pude notar que estaba con muchísima fiebre, su ropa estaba casi mojada, y no dejaba de tocarse el estómago. Junto a Gustav lo tomamos y nos dirigimos a la clínica. En el transcurso del viaje comenzó a sangrar de narices, es por eso que Gustav está manchado.
Una vez aquí lo internaron en urgencias, a eso de las seis de la tarde, y aún no salen para dar noticias. Tratamos de localizarte apenas ocurrió esto, pero tal parece que tu celular no tenía señal.
- No la tenía.
Luego de eso Bill comenzó a balbucear unas palabras en alemán, parecía muy molesto. Georg y Gustav comenzaron a hablarle en un tono más sereno, pero a él parecía no importarle.
Fue entonces cuando se levantó de su asiento y comenzó a caminar.
- Bill – caminé a su lado – No sé que estabas hablando con ellos, pero no estés así, en estos momentos es cuando más necesitas relajarte, sino las tensiones y nervios serán para peor, te harán mal.
- ¿Sabes?, no me interesa si me hacen mal o no, en estos momentos lo que menos me importa es cómo me encuentro, así que no te preocupes, porque si a mí no me importa, menos tendría que importarte a ti. Por favor déjame solo.
Quede impactada ante aquellas palabras. Vacilé mientras veía como se alejaba.
Me decía a mí misma que no me afectaran las palabras de Bill, era obvio que estaría así. Nadie andaría relajado por más que tratase, sabiendo que un familiar estaba internado en emergencias.
- ¿Estás bien? – Me preguntó Georg una vez que me senté a su lado.
- Sí, lo estoy.
En situaciones así, es mejor no preocupar a las demás personas por cosas tan simples.
Habría transcurrido a eso de una hora cuando salió un doctor.
- ¿Algún pariente del joven Kaulitz? - Preguntó alzando la vista luego de leer un papel.
- Soy su hermano – Respondió Bill, quien acababa de llegar.
- Acompáñeme por favor - Sugirió el doctor.
Había pasado media hora desde que Bill se había ido con el doctor. Comenzaba a quedarme dormida, cuando escuché que alguien llamaba a mi nombre. Alcé la vista, y era el doctor quien me llamaba.
- ¿Ocurre algo? – pregunté una vez a su lado.
- El joven Bill necesita que entre a la habitación.
Obedecí las indicaciones que me dio el doctor, y entré a una habitación que decía: “En recuperación, sala privada.”
Abrí la puerta con sumo cuidado, y ahí encontré a Bill parado junto a una camilla.
Mi corazón se partió en mil pedazos al ver en la situación que estaba Tom. Lleno de cables por todo el cuerpo, con una piel tan pálida, casi blanca, la cual hacía destacar las grandes ojeras que tenía bajo sus ojos, los cuales yacían cerrados.
Sin desclavar mi vista de él, me acerqué a la camilla, a un lado de donde estaba parado Bill.
- Lo siento mucho – mencionó Bill tomando mis manos.
- No te preocupes, cualquiera hubiera reaccionado así en un momento como este, incluso yo.
Sonrió de medio lado y me abrazó. Comenzamos a besarnos, fue en ese momento cuando la máquina que marcaba el ritmo cardiaco de Tom comenzó a sonar de una manera muy extraña.
Inmediatamente me separé de Bill enfocándome solo en Tom, quien con sus puños apretaba las sábanas y gritaba “¡no!” reiteradas veces.
Muchos asistentes comenzaron a entrar, entre ellos también el doctor, quien a su vez trataba de calmar a Bill, que se puso eufórico al no saber qué le ocurría a su gemelo.
Después de eso terminamos fuera de la habitación.
- (Tú nombre) si algo le pasa a Tom no sé qué haré, es mí hermano, no quiero que se valla de mi lado.
Su cabeza cada vez hacía más y más presión sobre mí pecho, ahogando su llanto.
- Nada malo le pasará, ya verás. ¿Acaso no sabes quién es ese chico que está ahí dentro?
- ¿A qué te refieres? – Me preguntó limpiado sus lágrimas.
- Ese chico que está ahí es nada más ni nada menos que tú hermano. El gran Tom Kaulitz. ¿Acaso crees que él se dará por vencido? Claro que no, y eso deberías saberlo mejor que nadie. Tú hermano saldrá adelante, es un luchador.
- Tienes toda la razón, saldrá a delante, es mi hermano mayor – Sonrió él ahora más animado y confiado.
Salimos junto a los chicos a la cafetería. Ahora más que nunca necesitábamos café, llevábamos alrededor de ocho horas dentro de la clínica.
No mucho tiempo después llegó una enfermera a informarnos que Tom ya estaba mucho más estable, y lo habían transferido a una nueva sala.
Gustav y Georg por su parte fueron a visitar a Tom, ya que no lo veían desde el incidente.
- (Tú nombre), será mejor que vaya a dejarte al departamento, estás demasiado cansada, recuerda que no hemos dormido prácticamente nada.
- ¿Pero qué pasará con Tom?, no quiero irme hasta saber que está realmente bien.
- No te preocupes, te mantendré informada, te llamaré cuando ocurra alguna novedad, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
Me regaló una sonrisa, con su brazo envolvió mis hombros dirigiéndome hasta el estacionamiento.
Mientras nos dirigíamos a casa el cansancio cada vez se apoderaba más de mí, tanto así que al momento de llegar Bill tuvo que despertarme.
Media dormida entré al departamento, y ahí se encontraba mi prima, quien me hizo un montón de interrogantes, a las cuales no respondí, de eso se encargó Bill. Por mi parte, me dirigí directo a mi habitación a dormir.
Por favor, no me dejes…
~ ¿Qué?
Te lo pido por favor, vuelve, te necesito.
~ ¿Por qué me dices esto?
Tienes que saber la verdad…
~ ¿De qué verdad me hablas?
…No puedo decírtelo…
~ ¿Por qué no?
Lo hago para protegerte, solo créeme por favor… No te apartes de mí, te necesito…
Aquel sueño rondó mi mente por dos largos días. No entendía qué quería decir. Tampoco sabía quién era aquella persona que me pedía estar a su lado, aunque su voz tan aterciopelada resonaba en mi interior una y otra y otra vez. Ella la conocía a la perfección, y yo también creía saber de quién podría tratarse, pero solo quería negarlo.
En estos días he recibido llamadas de Bill, quien me informó que Tom está muchísimo mejor y hoy por la mañana estará de vuelta en su casa. Tendrá que estar en cama un par de días más, y comer cosas ligeras, nada que pueda afectar a su estómago nuevamente.
A eso de las cuatro de la tarde, mi prima y yo decidimos ir a visitar a Tom.
Hacia tanto tiempo que no veía el condominio. El lugar en donde alguna vez viví.
Tantos recuerdos reviví en mi mente, que una nostalgia tremenda me invadió por completo. Lo más lindo al momento de llegada, fue ver a mi querido amigo Evans. ¡Santo cielo! Jamás había abrazado con tanta fuera a alguien en mi corta vida. Lo había extrañado tanto, me hizo tanta falta durante el último año. Necesitaba a mi querido amigo, hablar con él, y mas que nada, necesitaba sus concejos.
Charlé con él por un tiempo, y luego me dirigí a la casa de los gemelos.
En casa solo estaba Gustav, ya que Georg y Bill fueron al supermercado a comprarle algunos alimentos a Tom.
Solo estuve un momento con ellos, ya que quería saber cómo estaba Tom, hacia dos días que no lo veía, ya que debía asistir a la universidad.
Entré a su habitación muy silenciosamente.
Y ahí se encontraba él, durmiendo muy plácidamente. En su cara podía notar aquella paz, después de haber estado tres días internado en una clínica, con todos los malestares.
Tomé una silla y la ubiqué a un lado de la cama.
Contemplé cada parte de su rostro, su hermoso rostro.
… No te apartes de mí, te necesito…
Ese sueño, por más que trataba de sacarlo de mi cabeza no podía, menos ahora que estaba junto a él.
¿Por qué nos tuvo que pasar esto? Si nada de eso hubiera pasado, ahora estaríamos juntos. Te diría cada segundo lo mucho que te extraño, el inmenso cariño sentía,… que siento por ti.
Bill y tú, son tan iguales, pero a la vez completamente distintos.
Cuando estoy contigo veo en ti cosas que también veo en Bill. Y ahora que estoy con él, siento que te tengo a ti enfrente, siento que eres tú, a quien mis labios besan tan nostálgicamente.
No sé en qué momento lo hice, pero ya posaban sobre su rostro, mis manos.
Acaricié cada parte de su rostro, con tal cuidado, como su fuere de porcelana.
De pronto comenzó a abrir sus ojos, y sonrió de tal manera en mis labios también se dibujó una sonrisa.
Tomó mis manos con sumo cuidado, comenzando a acariciarlas y besarlas. Luego las llevó a su rostro y la presionó contra sus rosadas mejillas.
Mientras él contemplaba mi rostro, una ola se sentimientos recorrieron mi cuerpo. Me sentía acabada.
¿Qué era lo que estaba haciendo? No se supone que no debería darle ilusiones. Que yo, estaba saliendo con su hermano.
Sí, lo sabía a la perfección, pero algo, no sé qué, hacía que estuviera a su lado, me hacía quedarme junto a él.
No sé en qué momento fue que nuevamente había caído dormido.
“No te separes de mí, por favor”, fueron las palabras que salieron de sus labios.
Lágrima tras lágrima salían de mis ojos. Todo había encajado a la perfección. No podía quedarme más tiempo ahí.
Al fin y al cabo decidí dejarlo, no sin antes depositar un pequeño y triste beso en su frente.
La mejor opción en estos momentos era evitar, a toda costa, a Tom. Será lo mejor para ambos.
Lo nuestro terminó hace muchísimo tiempo, y no dejaré que un tonto sueño me haga dudar de lo que pienso.
Ya no quiero haya un nosotros nuevamente. Y tarde o temprano tendrá que aceptar la realidad.
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¡Oh chicas! Sí, HE VUELTO.
No saben la inmensa alegría que me da volver a escribir esta historia. Los nervios me invaden por completo. Espero que sigan leyendo, y de verdad lamento muchísimo todo, pero los estudios son primero.
Ahora estoy con vacaciones, y prometo subir día por medio, los capítulos.
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, ya que hace mucho que no escribo.
Muchos saludos y cariños a todas ustedes.
martes, 8 de enero de 2013
domingo, 6 de enero de 2013
¡De vuelta!
Hola mis queridas lectoras...
Lamento muchísimo haberlas decepcionado, pero mi computadora estuvo un año sin arreglo, y sola tenía mi android, pero me era imposible escribir por ahí, además, el colegio me tenía hasta las cinco de la tarde ahí, y luego llegaba a la casa a hacer trabajos o a estudiar para los exámenes.
¡Pero ahora estoy con vacaciones! Y retomaré la fic porque tengo muchísimas ganas de escribir :D
Las espero por aquí aliens.
- Muchos cariños les manda a ustedes, yo, la creadora de la fic ♥
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